Bronquitis en bebés y niños

Descubre con Pampers como darle los mejores cuidados a tu bebé y entra a nuestra sección de Cuidado del recién nacido, y a los artículos de cómo tratar la fiebre en recién nacidos y cómo bañar al recién nacido para que tu nene se sienta cómodo en todo momento. 

La bronquitis vírica es una enfermedad infecciosa propia de lactantes y niños de 4 años que afecta a todo el tracto respiratorio, pero fundamentalmente a la tráquea y a los bronquios de mediano y gran calibre.

Los niños pequeños adquieren esta infección cuando entran en contacto con otras personas que la tienen. Generalmente, se contagian de otros niños (más probable entre los que acuden a guardería), de sus hermanos mayores o de otros miembros de la familia en los que la enfermedad se manifiesta como un simple catarro.

El virus se extiende cuando un bebé o niño infectado estornuda o tose, expulsando las secreciones que contienen el virus, y éstas entran en contacto con el niño directa o indirectamente (por ejemplo, se depositan en la superficie de una mesa, o en juguetes u otros objetos que el niño toca, y luego se lleva las manos a la boca o nariz).

Signos y síntomas de la bronquitis

Los síntomas pueden durar entre 7 y 14 días después de exponerse al virus. Suele tener goteo nasal, fiebre, tos, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares y dolor de garganta, como un catarro y obstrucción de la nariz.

Cuándo acudir al médico

El niño requiere atención pediátrica inmediata si:

  • Cada vez respira peor.

  • Tos con mucosidad y sangre.

  • Síntomas que duran semanas.

  • Tiene fiebre alta (por encima de 39°).

  • No puede mantenerlo despierto.

Tratamiento

El tratamiento de la bronquitis en tu bebé o niño lo determinará el pediatra valorando los siguientes aspectos:

  • La edad de tu hijo.

  • La gravedad de la enfermedad.

  • La tolerancia a ciertos medicamentos para tratar el padecimiento.

Otros consejos/contagio

Los niños con bronquiolitis son la principal fuente de transmisión de la enfermedad, especialmente durante los primeros días, cuando tienen fiebre, tos y estornudan. Las mucosidades nasales y la saliva pueden ser contagiosas durante 1 semana o más. En realidad, no se puede hacer mucho para evitar que los niños transmitan o adquieran este tipo de infecciones respiratorias. Tirar los pañuelos de papel sucios tras usarlos, junto con un buen lavado de manos, puede ayudar a disminuir la transmisión entre familiares.

Si la bronquiolitis es leve, no suele ser necesario limitar las actividades del niño/a porque los niños ajustan muy bien por sí mismos su actividad a su estado general. Los bebés y niños pequeños podrán volver a la guardería cuando ya no tengan fiebre, se alimenten con normalidad y se sientan bien (una tos o una secreción nasal persistentes no son motivo suficiente para que se queden en casa).

Diferencias entre una bronquiolitis o bronquitis vírica y una alergia

Las bronquitis, especialmente si son frecuentes, pueden ser difíciles de diferenciar de una alergia porque los síntomas se parecen. Las alergias tienden a producir una secreción de mucosidad relacionada con los cambios de estación o con el contacto con el polvo, humedad, etc. 

La alergia se acompaña de tos seca con sibilancias o pitidos, estornudos muy frecuentes y/o seguidos, picor en los ojos y lagrimeo abundante. Los niños con alergia no tienen fiebre, ronquera ni dolor muscular. Y a diferencia del resfriado, las alergias suelen durar más de dos semanas y pueden iniciarse más bruscamente tras la exposición a aquello que las produce (polvo, polen, etc.) Puesto que el tratamiento de las infecciones respiratorias víricas y de la alergia es diferente, consulta con el médico si tienes dudas.

Nota importante: Los niños pueden aspirar pequeños objetos, que originarán pitidos parecidos a los de la bronquiolitis si les llegan a los pulmones. Si el niño/a presenta dificultad para respirar de forma repentina después o mientras está jugando con objetos pequeños, acude a urgencias.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE ESTE TEMA:

El virus de la gripe puede provocar complicaciones serias, sobre todo del tracto respiratorio bajo –neumonías y bronconeumonías- en pacientes propensos (ancianos, asmáticos, afectos de cardiopatías o inmunodeficientes). 


Los resfriados y las bronquitis víricas están causadas por diferentes tipos de virus, distintos al virus de la gripe –y por lo tanto no prevenibles con la vacunación antigripal-, que también producen en niños pequeños o más mayores catarros u otras enfermedades agudas de las vías respiratorias (el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), por ejemplo, es el agente causal más común de la bronquiolitis, seguido del virus Parainfluenza).


Hay más de 200 tipos distintos de virus del resfriado –distintos de los virus que pueden causar la gripe-, siendo los más frecuentes los del grupo de rhinovirus, por eso no sorprende que se pueda contraer esta enfermedad con cierta frecuencia.

 

La época del año típica en que aparecen los resfriados es de septiembre a mayo, período durante el cual algunas personas susceptibles pueden padecer de 4 a 8 resfriados. Ello depende de varios factores, como la edad, la coexistencia de alguna enfermedad crónica, especialmente si afecta al aparato cardiorrespiratorio o al nivel de defensas del organismo.


En la infancia, la asistencia o no a guardería o la presencia de hermanos que sí van a guardería pueden ser factores determinantes en la incidencia del contagio de resfriados). Por norma general, si el niño va a la guardería antes del año, tendrá 1 resfriado por semana; si va antes de los 2 años, 1 cada 2 semanas, y así sucesivamente.

Fuentes